El que esté libre de pecado que tire la primera piedra
Creo que fue el jueves cuando leí en el 20 minutos, a la hora del café, que habían lapidado a una mujer por adúltera en Somalia. Me impactó, me chocó, me molestó. No hay justificación, ser adúltera no es un crimen. No es un delito. Puede ser un error, un fallo, un desliz, una experiencia, pero no es un delito. Nadie merece un castigo así, una muerte así, es inhumano. Escapa a toda humanidad. Es abominable. Recuerdo comentarle a una amiga la noticia y lo impotente que me sentí. En esta ocasión no hubo tiempo para advertencias de Amnistía Internacional, no hubo ninguna campaña que pudiera salvar a estar mujer.
Cuando ayer leí en el periódico, que la mujer en cuestión, la supuesta adúltera, Asha, en realidad, no era ni adúltera, ni mujer, sino una niña de 14 años, me quedé de piedra. Me impactó su historia, me impactó el sufrimiento de su padre. Era una niña. Su único error fue estar en el lugar equivocado a la hora equivocada. Qué horror. La mataron porque la habían violado tres hombres del clan más poderoso del país, a los que ella, con el consentimiento y apoyo de su padre, tuvo el valor de denunciar. Fueron a la cárcel, pero con un chanchullo, lograron salir de ella y culpar a la pobre chica, a la que engañaron para que se desdijera y firmara un acuerdo donde decía que era adúltera. Sin siquiera informarle ni explicarle, ni nadie que pudiera defenderla. Es horrendo.
Y la lapidan. Dios. No imagino muerte peor. Me impacta también que este tipo de ejecuciones se realice en estadios, a los que la gente asista, cual si fuera un circo romano. Claro que la gente pensaba que iban a asistir a la lapidación de una mujer de 34 años, prostituta, bígama, adúltera. Entonces, era condenable y asistían. Me choca. Por más que haya sido todas esas cosas, no se justifica bajo ninguna razón. ¿Por qué asisten a actos de este tipo? Al descubrir que no era esa mujer sino una niña, algunos hombres intentaron intervenir y salvarla, pero la milicia empezó a disparar matando a un niño e hiriendo a 6 personas. Todo de mal en peor. Es como una pesadilla, como un cuento de terror.
Es cierto que su religión lo autoriza, siempre y cuando haya 4 testigos del dichoso adulterio y que el hombre con el cual cometió el adulterio lo reconozca. Ninguno de estas exigencias se cumplió. Queda claro que la mataron para silenciarla. Qué canallas.
Por lo demás, me parece increíble que tenga que estar el susodicho con el que la mujer fue infiel, que lo tenga que reconocer en público, pero que sea a ella a quien maten. Como los hombres pueden casarse con cuantas mujeres quieran según su ley... Aquella pobre mujer que quiera tener más de un hombre, será adúltera y pecadora... Me inclino a pensar que los supuestos casos de adulterio, rayan más en la violación que en el adulterio. Con la poca libertad que tienen las mujeres en esos países, no creo que anden de adúlteras, arriesgando lo poco y nada que tienen.
¿Qué hacer con gente así? Un bloguero dice que los mataría a golpes si pudiera. Reconozco que mi primer instinto también es matarlos a todos. ¿Pero qué conseguimos con eso? Es necesario un cambio mayor, más profundo. Ese clan poderoso, una mafia al parecer, debiera dejar de tener todo ese poder que tiene. Estos canallas deben ir presos, y que se les enseñe el daño que causan. Mi castigo sería extraditarlos y ponerlos en una cárcel en otro país. Creo que en otro país, se les cambiaría bastante su perspectiva cerrada del mundo, donde todo gira en torno a su clan. Pero dudo que algún país esté dispuesto a aceptarlos o que siquiera puedan ser extraditados. Si hubiera un cambio de gobierno, los expulsaría repartidos a diferentes países, para que estén solos, sin armas, y estén obligados a buscarse la vida honradamente. Algo que los haga pensar, si es posible aún que piensen, que les haga salir de su circulillo. Pero es algo utópico. Que difícil, no sé si una persona así es capaz de cambiar, pero creo que a presión, con más golpes, no lo logrará.
Debiéramos hacer más cosas, no sólo firmar en las campañas de Amnistía contra la Lapidación. Debiéramos empezar a poner carteles en los blogs, como los Contra la Pornografía infantil, y poner letreros en los coches, hasta ir haciendo una cadena que vaya creciendo, por todas partes, hasta detener esta condena, esta aberración. No podemos quedarnos más con los brazos cruzados.
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